Estos días de reyes para mi y mi familia eran muy emocionantes por la gran espera de los juguetes o en su caso ropa, recuerdo cuando mi mama un día anterior de que llegaran siempre nos decía ya duermance que no van a llegar los reyes después de un buen rato de estarnos mandando a dormir le hacíamos caso al día siguiente nos despertábamos y luego luego nos íbamos al árbol de navidad para poder ver los juguetes al cabo del día nos íbamos con mis tías para partir la tradicional rosca todos emocionados y al mismo tiempo con muchos nervios por el niño Dios que sale era muy divertido.
El juguete que me marco en mi infancia fue un nenuco que hacia sonidos el cual me gustaba mucho porque así pode jugar a que era la mama, a mi hermana le llego el mismo nenuco y jugábamos a que las dos las peinábamos y cosas así ese año y esos recuerdos nunca se me olvidaran.
Siempre en esta fecha me paliaba mucho con mis primas porque querían mis juguetes y yo no se las prestaba asta que me regañaban y así podíamos jugar bien sin pelarnos sin duda tuve una infancia muy bonita con mis hermanos y primos.
Al salir a la calle me di cuenta que en algunas familias no ha cambiado casi nada a lo que yo viví por que muchos hacen lo mismo comprar juguetes para sus hijos, la única diferencia que pude notar es que antes no pedíamos celulares ni tablets, a lo que ahora es muy común en los niños que pidan eso sea olvidado un poco los juguetes tradicionales algo que me impresiono es que la mayoría si acostumbra a cenar rosca con chocolate y al quien le salga el niño hace los tamales el día de la calendaría.
Hay que rescatar que no todo y todos piden juguetes porque hay niños que es lo que mas anhelan pero sus papas no pueden comprarles, existen niños que prefieren pedir salud, amor por parte de la familia sin pedir nada a cambio y creo que es una mejor recompensa el amor de la familia porque del juguete en cualquier momento se puede romper el amor familiar muy difícil se puede romper hay niños que al preguntarles que es lo que le piden a los reyes se expresan de una manera muy bonita que hasta te ponen la piel chinita de la forma en la que piensan siendo unos niños.